He hablado varias veces con clientes de mi programa PQH sobre la necesidad que a veces tenemos de reconocimiento externo y cómo muchas veces nos afecta más de lo que queremos.
Quizá te haya pasado a ti también.
Esa necesidad de que los demás reconfirmen que lo has hecho bien, que parece que si no hay un reconocimiento externo lo que has hecho no vale tanto para ti.
Que si no te felicitan o de dan un premio o te nombran, es como si no hubieras hecho nada.
¿Te suena?
Ese estar preguntándote si de verdad lo has hecho bien, la necesidad de que alguien te de una palmadita en la espalda. Cuando lo ideal sería que no lo necesitaras.
Que sí que está bien que te reconozcan los méritos, pero no que te sientas insegura o que dudes interminablemente si no te lo han confirmado varias veces, o varias personas, o varias veces varias personas.
Y, ¿qué puedes hacer al respecto, entonces?