¿Cuántas veces te has dejado llevar por lo que los demás te recomiendan o lo que en general se recomienda para mejorar tus resultados?

¿Cuántas veces has pensado que para conseguir esto o aquello tenías que complicarte un poco la vida usando más herramientas, apuntándote a más cursos, contratando a más personas?

¿Y cuántas veces has acabado agobiada con un montón de información, de conocimiento, de herramientas, sin saber cuál usar y cuál no y sin ver verdaderos avances?

 

> Escucha este artículo aquí –> Cómo mejorar tus resultados sin complicarte la vida.

 

Esto es algo que te puede pasar muy  fácilmente si tienes un negocio, es muy fácil dejarse arrastrar e intentar estar al día de las novedades que funcionan bien y dan dinero o aumentan las ventas. Especialmente si las usan o recomiendan personas a las que sigues o admiras.

También es muy típico pensar que si tu negocio crece y para que siga escalando tienen que crecer tus gastos también.

Y empiezas a contratar cosas que, en realidad, a lo mejor no necesitas pero como se habla tan bien de ellas y tú quieres dar un salto exponencial, pues te lanzas.

 

Esto también es aplicable a tu vida profesional aunque no tengas un negocio. Es fácil complicarse la vida y dejarse arrastrar pero, ¿es realmente necesario?

 

A mi es un tema que me interesa mucho, especialmente después de un año en el que tiré la casa por la ventana e invertí mucho dinero, tiempo y energía en mejorar mis resultados sólo para acabar con los mismos resultados que el año anterior, agotada y con más gastos.

Eso hizo que al año siguiente mi lema fuera simplificar.

 

Y a partir de ahí es algo que siempre tengo en mente, cómo conseguir mejorar mis resultados sin tener que aumentar exponencialmente gastos y energía.

 

Cómo mejorar tus resultados sin complicarte la vida. Léelo aquí: Clic para tuitear

 

(Algo que explica muy bien en este podcast Paul Jarvis: cómo creer que escalar tu negocio significa escalar tus gastos puede hacer que pierdas dinero. Porque en un negocio hay que tener en cuenta tanto los ingresos como los gastos. Y a veces estos últimos se nos olvidan).

 

Yo siempre estoy buscando formas de llevar mi negocio de manera más minimalista. Por ejemplo, no quiero un equipo de muchas personas ni mil softwares (¡aunque me encanta probar cosas!), quiero la mayor sencillez posible para no tener que estar pendiente de mil cosas, porque cuantas más piezas tengas, más errores y complicaciones puede haber.

 

Pero, como decía antes, a veces se olvida, a veces te dejas llevar por cosas nuevas y efectivas y te metes en el ajo para darte cuenta después de que te has complicado la vida, a veces sin recompensa extra.

 

Eso me pasó en un lanzamiento en el que, sinceramente, me compliqué la vida. Diseñé una estrategia, muy bien pensada sí, con muchos detalles y webinars y mensajes y anuncios, y me complique para obtener exactamente los mismos resultados que en lanzamientos anteriores más sencillos.

 

Eso me hizo plantearme muchas cosas, claro, no sólo sobre la efectividad de mi planificación o los posibles errores cometidos en cada paso, sino sobre si había merecido la pena emplear tanto tiempo y dinero

 

Con eso aprendí una lección y a partir de ese momento me suelo hacer una serie de preguntas previas antes de lanzarme a comprar y probar mil cosas nuevas y quiero compartirlas contigo por si te ayudan a ti también a simplificarte.

 

Apunta:

 

1. ¿Cuál es el coste real de esto?

Siempre me planteo qué implica exactamente hacer eso nuevo, qué requiere en tiempo, esfuerzo y dinero a corto y largo plazo.

¿Hay que pagar? ¿Una vez o mensualmente? ¿Tengo que viajar? ¿Cuánto tiempo me llevará hacerlo? ¿Me apetece y me hace ilusión o es algo pesado? ¿Qué beneficios obtendré (económicos, de posicionamiento, reconocimiento, disfrute, etc)?

A veces significa un gasto continuo si es algo mensual y solo lo necesitas ese mes. A veces supondría tener que hacer más gastos a posteriori. A veces tiene un coste de energía o de tiempo mayor del que te piensas.

Y yo, antes, no me daba cuenta…

Me solía dejar llevar por la ilusión o el beneficio económico. Pero, como muy bien explica en este post Amy Lynn Andrews, hacer algo sólo por la recompensa económica no siempre es buena idea…

¿Cuántas veces te has comprometido a algo porque parecía una buena oportunidad y luego te has dado cuenta de que no ha merecido la pena?

Pues eso, porque no valoraste el coste real.

 

2. ¿Lo puedes hacer más sencillo?

Esta es mi favorita. Cada vez que aparece algo nuevo que quiero probar me pregunto justo eso: ¿lo puedo hacer de manera más sencilla sin afectar a mis resultados?

Y si no lo sé sin probarlo antes, me pregunto: ¿merece la pena dedicar mi tiempo a probarlo? No siempre merece la pena.

Aquí es dónde aplico mucho la pregunta…

 

Y por último… Una pregunta clave.

 

3. ¿Es esto una buena idea para mi?

¿Para mi idea de negocio? ¿Para mantener el estilo de vida que quiero?

Por muy buena que sea la idea, estrategia, software, servicio, etc. Por mucho que ayude, aunque sea gratis, pregúntate: ¿es una buena idea para mi en este momento?

¿Me quiero meter en ello cuando ya estoy en medio de un lanzamiento (algo típico mío, ja, ja), cuando mis hijos están enfermos y no tengo tiempo, cuando….?

Que sea una buena idea para alguien (aunque sea muy reconocido), que sea algo que te va a dar dinero no significa necesariamente que sea una buena idea para ti en este momento.

 

Así que no te compliques la vida. Ten muy claro cuál es el objetivo final de tu profesión o negocio (en mi caso, por ejemplo, libertad y flexibilidad), qué estilo de vida deseas y después analiza estas preguntas antes de lanzarte a loco a por algo.

No sea que al final acabes más estresada o agobiada y sin ninguna mejora…

¿Qué me dices? ¿Cuál de estas preguntas te llama más la atención a ti? Cuéntamelo en los comentarios : )

 

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Y TU, ¿QUE OPINAS? - 6 COMENTARIOS

Comentarios

  1. Begoña Cartagena dice

    Muy buen post Aida! Lo comparto totalmente, pues me ha sucedido lo mismo que tú comentas. Como dice Diana Fontanez, a veces nos dejamos llevar por objetos brillantes que nos distraen, para acabar obteniendo la misma rentabilidad con mayor esfuerzo.
    Tendré en mente las preguntas. Un abrazo

  2. Azucena Fraile dice

    Tienes más razón que un santo, Aida. Es cierto. En aras de conseguir ganar más dinero nos metemos a veces en «fregaos» en los que no sólo perdemos energía, sino que también perdemos foco para luego no ganar tanto. A veces es fácil salir y otras veces no tanto y el descoloque no te lo quita nadie. Los primeros compases del año en mi caso también han ido en esa línea de meter la tijera y lo he vivido como una liberación. Las preguntas que recomiendas hacernos son muy acertadas. No obstante, a veces estamos tan ofuscadas que hasta que no nos metemos en el ajo no somos conscientes de lo que suponía. Por lo tanto, si finalmente caemos en la trampa, lo importante es salir lo antes posible de ella. Aprovecho para compartir contigo un video que me llegó no hace mucho y que viene muy a pelo de todo lo que dices. Simplificar es la regla de oro de los negocios y sino mira el lema de Apple…menos es más!. Gracias por el post. Como siempre, aciertas.;-)
    Allá va el video:
    https://www.youtube.com/watch?v=CSppzhTZoyE

    • Aida dice

      Hola, Azucena!Lo importante es tener clarísimo tu objetivo de negocio y tener siempre presentes esas preguntas. No dejarse llevar por la emoción del momento,hay que pararse a pensar y entonces verás como dejas de meterte en fregaos (o al menos en menos).

      Gracias por el vídeo : )

  3. Cleo Gonzalez dice

    Hola Aida!. Buenas preguntas y simples ademas. La segunda que es tu favorita, puede serlo tambien para mi. ¿Puedo hacerlo mas simple?. Gracias por estar ahi y compartirnos tus «ganancias experienciales». Un abrazo.

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