Hace tiempo me escribió una lectora para pedirme:
Una orientación viable para alcanzar mi objetivo, dejando de lado los temores y el qué dirán si me equivoco.
Ya he mencionado algunas veces que no hay máquina mágica alguna en la que tú puedas meter tus datos y te diga: «Usted ha nacido para ser X».
Y para esto igual.
Nadie te puede decir: «Mira, haz esto y esto y listo, no tendrás miedo, no decepcionarás a nadie y vas a cumplir todos tus objetivos de forma totalmente viable para ti».
No.
Puedes trabajar tus miedos y dudas, pero tenerlos los tendrás.
Si no, no serías humano.
Puede que tengas suerte y no decepciones a nadie. O puede que sí (y sobre eso he escrito aquí).
Lo importante de querer conseguir tus objetivos es aceptar que vas a tener dudas, miedos, imprevistos y posibles decepciones.
Y saber que vas a seguir adelante a pesar de eso.
Eso lo trabajamos en el modulo 4 de mi programa «Qué Hacer Cuando No Sabes Qué Hacer».
Porque no todo es saber lo que quieres y organizarte. También hay que afrontar todo eso que hemos dicho.
Es lo normal, va incluido en el pack.
Como me dijo una vez una clienta:
Eso no es así.
Siempre hay imprevistos, siempre.
Y si te estás planteando cómo lograr algo sin tener miedo o sin dudas o sin decepcionar a nadie te estás haciendo la pregunta incorrecta.
Una pregunta que no te va a ayudar a avanzar porque no hay respuesta válida para todos esos requisitos.
Sin embargo, si te preguntas, ¿cómo puedo afrontar los miedos, dudas, inseguridades y otras circunstancias que pueden aparecer?, entonces sí estás siendo realista.
Por eso todo programa o curso que te ayude a decidir tu siguiente paso profesional tiene que tener en cuenta también cómo afrontar todo eso.
Modulo 4 del mío. Lo tienes aquí.
El día que aceptes con normalidad que miedos, dudas, inseguridades e imprevistos son parte del camino, no algo que evitar, te resultará más fácil salir del estancamiento y avanzar.
Porque no dejarás que te paren.
Los tendrás en cuenta, aprenderás a manejarlos, algunos los podrás eliminar, otros te darán igual y otros te darán lecciones.
Pero ya no esperarás un camino llano y sin sobresaltos, porque no lo hay.
Y mientras sigas esperando eso…
Seguirás esperando.
Allánate tú el camino. Aquí tienes tus herramientas.