Hace poco leí un libro muy interesante que me hizo ver las cosas de una forma que no había considerado antes (¡y eso siempre es muy importante!).
Luego te digo cuál es el libro.
Verás…
La autora explicaba dos casos reales de infidelidad.
> Escucha el audio aquí –>Infidelidad y valores. Dos historias diferentes.
En uno de ellos, caso la hija descubre que su padre es infiel. Y, claro, tiene que decidir qué hacer al respecto.
¿Se lo dice o se lo calla?
¿Qué habrías hecho tú? Aunque ojalá no tengas que pasar por ese brete, la verdad.
Como para ella la honestidad era fundamental decidió que su madre tenía que saberlo sí o sí, aunque eso supusiera bastante sufrimiento y, probablemente, el final de su familia como había sido hasta entonces.
Así que se lo dijo a su madre.
La pareja se divorció.
¿Y cómo se sintió la hija?
Tranquila y en paz con su decisión porque había sido totalmente sincera y honesta. Sus valores principales.
En el segundo caso, la situación fue la misma pero en otro país, con otra cultura. Con otros valores.
En este caso, lo que más valoraba la hija era la familia. Esa era su prioridad, el bienestar de su familia, la unión.
Consideró que era cosa de su padre, que él sabría qué hacer, ella no iba a dar ese paso.
Así que decidió no decir nada.
La familia siguió estando unida.
Al igual que en el primer caso, se sintió en paz y satisfecha con su decisión. Porque había sido coherente con sus valores. La familia.
Dos situaciones similares.
Dos decisiones diferentes.
¿Es una decisión mejor que la otra? ¿Qué está bien? ¿Qué está mal?
A ellas les da igual lo que pienses porque fueron totalmente coherentes con sus valores.
De hecho, eso es lo que marcó la diferencia, sus valores.
Para una, la honestidad e integridad eran lo primordial; por encima del bienestar de su familia.
Para la otra, lo era la familia, estar unidos, estar juntos y que no hubiera sufrimiento.
Y, ante la misma circunstancia, cada una actuó de manera muy diferente en función de sus respectivas prioridades y valores.
Ambas se sintieron satisfechas.
¿Qué te parece?
Cuando tienes claro lo que valoras no necesitas defensa ni confirmación de nadie. No dudas (o no tanto), te sientes bien.
Por eso es CLAVE tener muy claros tus valores, tus necesidades, tus prioridades y lo que es importante para ti tanto personal como profesionalmente.
Conocerte bien te da una seguridad en ti misma que es difícil conseguir de otro modo.
Para conocer tus valores tengo un ejercicio que te ayudará. Te lo puedo enviar gratis a tu correo electrómico. Dime dónde te lo envío:
Para conocer qué quieres, qué es importante para ti y cómo tomar decisiones, este curso es perfecto para ti.
P.D: El libro que menciono es «El dilema de la pareja» de Esther Perel, muy recomendable.
Todo este tema de la infidelidad es muy personal pero me ha parecido ilustrativo para explicar cómo nuestros valores determinan nuestras acciones.
Si quieres conocerte a ti misma, ya sabes, pincha en el enlace de arriba y empieza : )
Y si no quieres perderte mis reflexiones y recomendaciones para ayudarte a salir del estancamiento, apúntate aquí abajo.