Hace tiempo leí un artículo de la que por entonces era mi coach, Karyn Greenstreet (excelente por cierto), que me dió mucho que pensar y que, en cierta forma, fue un revulsivo para mi.

Hablaba de la importancia de deshacerte de tus vacas sagradas.

>>Escucha el podcast de este artículo –> ¿Cuáles son tus vacas sagradas?

 

Cuando hablamos de vacas sagradas seguro que visualizas el papel de este animal en la India, ¿verdad?

Allí se consideran sagradas y no se las puede maltratar o perjudicar lo más mínimo, aunque eso signifique quedarte atascada indefinidamente si una vaca decide echarse en medio de la carretera, por ejemplo.

Y es una gran imagen que quiero que tengas en mente porque todos nosotros, tú incluida, tenemos vacas sagradas en nuestra vida.

Se pueden materializar de muy distintas formas: puede ser una persona, un lugar, una circunstancia, una creencia, un comportamiento, una costumbre…

Algo a lo que estamos aferrados y no queremos dejar marchar, aunque no nos aporte nada o incluso aunque nos obstaculice o nos perjudique.

 

Me refiero a eso que realmente es un obstáculo para tu desarrollo personal o profesional pero que o no te das cuenta o no quieres prescindir de ello.

Cosas que para ti son intocables, que no te las cuestionas, y a lo mejor ya es hora de hacerlo…Te daré unos ejemplos:

 

  •  Ciertas formas de hacer las cosas que no dan resultados pero que “siempre se ha hecho así”, porque “es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Como por ejemplo tener reuniones semanales de larga duración en la que la mayor parte de la gente pierde el tiempo, o no escuchar la opinión de alguien nuevo porque tú ya lo sabes todo…

 

  • Personas que no te aportan lo que necesitas pero que siempre han estado ahí y nadie se plantea sustituirlas.

 

  • Creencias que no te benefician en nada, pero ni te planteas cambiarlas: “es que las cosas están muy mal”, «a esta edad ya no se puede cambiar», etc.

 

  • Productos o servicios que te encantan pero que no vendes y que te resistes a eliminar

 

Todo esto no es más que lastre que te impide abrir las puertas a nuevas posibilidades y a un mayor desarrollo. Así que tómate tu tiempo para descubrir a qué te estás resistiendo, cuál o cuales son tus vacas sagradas.

Y piensa qué precio estás pagando por mantenerlas allí y qué sería diferente si no estuvieran.

 

Hay momentos en los que hay que dejar marchar cosas, por tu bien, y para abrir las puertas a otras opciones y a cambios. No te quedes estancada con algo que no te supone ningún beneficio, ¿qué ganas con ello?

(Imagen de publicenergy/Flickr)

 

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Y TU, ¿QUE OPINAS? - 4 COMENTARIOS

Comentarios

  1. MERLY BELTRAN VARGAS dice

    Bueno tengo varias vacas sagradas que no como dices tu es difícil quitarlas del camino, peor sin lugar a duda es una decisión que uno debe tomar, por una formación de valores y principios desde niña soy muy moralista en este mundo patas pa arriba como dice mi abuela, se me hace tan difícil entrar en la corriente, para algunos puedo parecer chapada a la antigua, pero lo que si es verdad es que mi seriedad me ha llevado a tener un éxito en mi carrera profesional. Lo que yo quisiera soltar es mi perfección para hacer las cosas y saber que estamos en pleno siglo XXI y hay mil formas de hacer las cosas. Gracias por esta reflexión!!

  2. Vicente López dice

    Yo siempre digo que la carne de las ‘vacas sagradas’, y no me refiero a esos preciosos y sagrados animales, es la mejor carne para preparar hamburguesas.
    Completamente de acuerdo contigo Aida, indudablemente todo tiene una fecha de caducidad, las cosas, las personas y como no también las relaciones, eso no quiere decir que esa caducidad coincida con nuestro tiempo biológico, existencial.
    Me ha gustado, muy buena reflexión.

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