Resultados de la Categoria: Necesito un impulso

cambio profesional radical

 

¿Te estás planteando un cambio profesional radical? Un cambio importante, quizá un cambio de profesión o de empleada a emprendedora o algo que realmente sea significativo para ti.

Si es tu caso hay tres factores que, según mi experiencia, son claves para poder tomar la decisión con confianza.

Es algo que tienes que conocer y plantearte antes de hacer el cambio, para estar lo más preparada posible y aumentar las probabilidades de estar satisfecha con tu elección, aunque haya momentos duros (que suele haberlos). (más…)

estas bloqueada

 

¿Te has sentido alguna vez bloqueada, dándole vueltas a lo mismo una y otra vez, sin avanzar y cada vez más agobiada?

Seguro que sí, y más de una vez, ¿verdad? Porque es algo que nos pasa a todos en distintos momentos de nuestra vida y, además, tanto personal como profesionalmente.

Quizá estés intentando tomar una decisión y no haya manera de avanzar. Por un lado quieres, por otro tienes miedo…

Sé por experiencia que hay decisiones que te pueden tener días, semanas o más agonizando, como quien dice (como cuando decidí dejar mi carrera científica y empezar mi negocio de coaching sin ninguna experiencia previa. Qué rápido se escribe y que duro fue.)

O quizá quieras crear un nuevo servicio en tu negocio y no sepas bien por dónde tirar. O puede que estés en una etapa de tu negocio o profesión en la que quieres algo más pero ya estás saturada y no ves cómo lograr dar ese paso.

Si es tu caso, sigue leyendo…

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tu futuro depende de las acciones que tomes hoy

 

Seguro que alguna vez te ha pasado, o quizá te pase ahora, esto…

Quieres algo diferente, un cambio radical de carrera, quizá animarte de una vez a poner en marcha tu negocio online de una vez, o que el que ya tienes tenga mejores resultados todavía y sabes que tienes que hacer algo, algo distinto a lo que estás haciendo ahora.

Muchas veces hasta sabes qué es exactamente lo que tienes que hacer, pero…

Te quedas como estás. Estancada en tu zona de confort, de comodidad, o como lo quieras llamar. Igual que antes.

Y probablemente te sientas frustrada, culpable, hasta un poco cobarde, ¿verdad?

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Con la vuelta a la rutina de septiembre me preguntaba una lectora cómo distinguir entre síndrome postvacacional o la desmotivación total por lo que haces (ya seas profesional por cuenta ajena o independiente).

Como sabes el síndrome postvacacional se refiere a la ansiedad, desmotivación, desánimo al enfrentarte de nuevo al trabajo después de las vacaciones. Pero en este caso, mi lectora no tenía claro si era eso o más bien algo más duradero.

¿Cómo saber la diferencia? Es una pregunta muy interesante y esto es lo que te recomiendo para distinguirlo.

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tu negocio¿Llevas un tiempo estancada, dispersa y sin tener los resultados que quieres y no sabes cómo superar ese bache?

Tener altibajos es algo muy frecuente y normal en un negocio, al igual que pasar algún que otro bache.

Si esta es tu situación y aunque quieres mejores resultados no sabes cómo hacerlo, te dejo tres alternativas en función de en qué etapa del negocio estés:

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esfuerzo, aguantar¿Eres una de las personas que piensan que sólo llegarás a sentirte satisfecha y realizada cuando encuentres algo que te encante y te resulte fácil?

¿Cuándo las cosas fluyan y se acaben los esfuerzos?

Quizá pienses que, al igual que con el tema de encontrar tu vocación, hasta que no encuentres ese algo que te apasione, se te de bien y sea fácil, no podrás sentirte satisfecha. (más…)

 

¿Te ha pasado alguna vez que sabes que algo no va bien o al menos no tan bien como te gustaría y, sin embargo, sigues sin hacer nada?

Seguro que sí, es totalmente normal, algo que nos pasa o nos ha pasado a todos en un momento u otro pero que no te beneficia en nada. De hecho, probablemente te preguntes a menudo “¿por qué si sé que tengo que cambiar, no hago nada?” (y ya no entramos en el tema de las quejas constantes).

Y lo malo es que ese tipo de reflexiones solo consiguen que te sientas peor todavía.

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¿Qué puedes hacer cuando tras un cambio te encuentras con que las cosas no son como esperabas? Cuando te sientes decepcionada en tu nuevo puesto de trabajo, por ejemplo, y justo acabas de empezar o llevas poco tiempo.

Me lo preguntaba hace poco una lectora y puede que tu estés o hayas pasado por la misma situación. ¿Qué hacer entonces? Porque si acabas de llegar no te vas a marchar ya, ¿no? ¿O sí?

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¿Hasta qué punto te estresan y frustran los altibajos en tu negocio o profesión?

La estabilidad es algo que todas buscamos tanto a nivel profesional como empresarial. Uno de los sueños de toda emprendedora es tener unos ingresos estables mes a mes.

Incluso aunque seas más inquieta y vayas haciendo cambios a menudo, siempre buscas cierta estabilidad aunque sea por poco tiempo. Eso sí, no me refiero a pasarte toda la vida con las misma condiciones inalterables (muchas personas buscan precisamente eso y lo tienen más difícil, porque cambios va a haber sí o sí.)

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pensamientos toxicos

 

¿Hasta qué punto afectan los pensamientos negativos a tus resultados?

A estas alturas ya sabes de sobra que tus creencias y pensamientos influyen en tu actitud y, por tanto, en tus resultados y satisfacción.

Ayer leía en el libro «The way you do anything is the way you do everything« de Suzanne Evans que uno se cree especial (y no en un sentido positivo, precisamente) por los problemas que tiene.

¿Te suena? El pensar que tu no puedes lograr algo porque te pasa X.

Pues sigue leyendo…

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Seguro que de vez en cuando tienes etapas en las que aparecen obstáculos o problemas de distinta categoría que, aunque no sean necesariamente importantes, te preocupan o te estresan. Puede ser que haya aparecido un gasto imprevisto, que se te haya estropeado algo, que tengas un bajón de clientes…. De repente parece que las cosas no van bien y te estás agobiando.

>> Escucha este artículo aquí –> Cómo dejar de preocuparte por tus problemas (y empezar a solucionarlos)

Obviamente todos tenemos problemas, y no hay ni que decir que esperar no tenerlos nunca es totalmente absurdo e irreal. La cuestión entonces radica en lo que haces cuando surgen esos problemas, en tu actitud ante ellos. Ya sabemos que un cambio de actitud hace maravillas, pero ¿cómo lograrlo?

Como siempre, fácil no es pero hace poco leí dos opciones que me parecieron interesantes. Estas son:

 

1.  Cambia tu concepción de problema, redefínelo.

Las palabras tienen un poder emocional mayor del que nos creemos. Si recuerdas, en otro artículo mencioné cómo cambia la situación si en vez de pensar que estás «nerviosa» (antes de una charla, por ejemplo), piensas que estás «emocionada». Es algo que funciona muy bien y en este caso puedes hacer lo mismo.

Steve Chandler en su libro «Time Warrior» sugiere que en lugar de pensar en un problema, con todas las connotaciones negativas que ello conlleva (porque esa palabra siempre la asociamos con cosas negativas y, por tanto, mejor no tenerla en mente), pienses en un proyecto.

Sí, un proyecto, que puede ser difícil y puede no gustarte. Pero ¿te das cuenta de la diferencia? Emocionalmente, un proyecto es algo más emocionante y divertido que un problema. Te permite salir del estancamiento y bloqueo mental y empezar a pensar en cómo llevarlo a cabo (es decir en cómo acabar con el problema), ¿o no? A lo que hay que añadir  los sentimientos de realización y autoestima cuando terminamos un proyecto.

Una sola palabra puede suponer un gran cambio en tu percepción, en tu actitud y en tus resultados. No es lo mismo problema que proyecto. No es lo mismo obsesionarte y agobiarte pensando en que tienes un problema y que no sabes qué hacer, o en por qué tienes tantos problemas o cualquier otro tipo de pensamiento victimista, que verlo como un desafío, un proyecto que hay que acabar. Pruébalo.

 

2. Considéralos algo fascinante, un objeto de estudio.

Me parece que fue en uno de los newsletters de Suzanne Evans donde ella comentaba que ya que problemas vas a tener sí o sí, por qué no empezar a considerarlos como algo fascinante que aparece en tu camino. Sí, fascinante. A mi esta forma de verlo me encanta. Cuando tengas una de esas etapas en las que aparecen obstáculos o problemas de distinta categoría (y cuanto más estresada estás mas suelen aparecer, ¿verdad?), en lugar de agobiarte y estresarte aun más, por qué no pensar: «Fascinante, mira lo que aparece ahora para ponerme las cosas interesantes. ¿Qué puedo aprender de esto?»

Al considerarlo algo fascinante tu actitud cambia, por lo menos hace que te tomes las cosas de otra forma y ya sabemos que ahí reside todo, en tu actitud. Mejor estar divertida o intrigada que estancada, ¿no? Mejor preguntarte qué puedes hacer al respecto, qué puedes aprender o por qué aparecen ahora tantos obstáculos, que estar lamentándote. Quizá te hayas relajado y hayas pasado por alto cosas importantes, quizá sea momento de hacer un parón y recargar pilas. La cuestión es que verlo de esta forma te hace pensar de otra manera y así es como empiezan los cambios.

 

Por supuesto hay problemas y problemas y no pretendo solucionar el mundo. Hay determinadas situaciones que requerirán otro tipo de medidas, pero si te acostumbras a pensar así ante pequeños problemas, quizá cuando aparezca uno mayor lo sepas llevar mejor, ¿no crees?

 

Aparte de esto, no hay que olvidar que los problemas te hacen más fuerte, más segura de ti misma. Como bien dice Steve Chandler, los problemas en realidad son buenos para nosotros, pero no somos capaces de darnos cuenta (excepto cuando les pasan a otros) debido a las connotaciones emocionalmente negativas de la palabra. Así que ya sabes, a partir de ahora prueba con una de estas opciones, a ver si cambia algo…

 

Cuéntame en los comentarios cuál te gusta más y si te ha dado resultado. A mi la de «fascinante» sí : )

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Me escribe un lector contándome que aunque tiene muchas ideas no sabe cómo darles forma para poder ponerlas en práctica y empezar a ver progresos.

Seguro que te ha pasado más de una vez, se te ocurren muchas cosas pero al final no avanzas con ninguna y te quedas como estás.

¿Qué puedes hacer para empezar a ver progresos y resultados? Te lo cuento ahora…

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¿Estás agobiada, saturada y aunque sabes que todo es cuestión de prioridades ya no sabes ni cuáles son las tuyas?

Hay veces en que eres eficiente y productiva y no tienes problemas para sacar las cosas adelante.

Otras veces estás tan saturada de tareas, o simplemente cansada que, aunque sepas cuáles son tus prioridades, qué es lo más importante, te cuesta ponerte en marcha.

Todo normal.

Pero también puede haber ocasiones en las que no solo tienes mucho que hacer sino que ni siquiera eres capaz de priorizar, todo te parece igual de importante y estás totalmente bloqueada.

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montra tu negocio

 

Una de las situaciones sobre las que me escriben mucho es la de querer establecerte por tu cuenta pero todavía depender de tu sueldo o salario actual.

De hecho, mucha gente ve esto como un gran obstáculo hasta el punto de no dar nunca el paso.

Lo ideal sería tener el capital suficiente para lanzarte ya mismo dejando tu trabajo, ¿verdad?

Especialmente si tu trabajo se ha convertido en una carga.

Pero siendo realistas eso no pasa muchas veces. Quizá puedas disponer de una herencia, ahorros de varios años, inversiones, ayuda familiar o la posibilidad de pedir un crédito, ¿pero qué pasa cuando no es así?

¿Cómo empiezas cuando dependes de tu sueldo? ¿Qué haces, te quedas como estás?

Claramente esa es una opción pero no la que tu quieres. Sigue leyendo…

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Esta es la época de empezar a planificar el próximo año, algo muy recomendable para todo el mundo y, en mi opinión, imprescindible si tienes un negocio.

Además ya sabes que es imprescindible saber lo que quieres para llegar a algún lado.

También he hablado muchas veces de la importancia de ser específica en todos tus objetivos, más que nada porque si tienes un objetivo específico podrás tomar acciones específicas.

También se ha hablado mucho de los objetivos SMART así que no voy a hacer más hincapié en eso. 

Lo que sí quiero que tengas en cuenta esta vez son tres recomendaciones que te ayudarán a tomar las decisiones necesarias para planificar el próximo año (o el período que tu quieras, claro).

Así que apunta y elige la que más se aplique a tu situación:

 

1. Para poder llegar a tu destino, lograr tus objetivos y tomar mejores decisiones es imprescindible que sepas de dónde partes. 

Que sepas cuál es tu situación ahora mismo, y eso implica ser sincera y aceptar lo que hay, por varias razones: una, porque si siempre vas diciendo que todo te va bien nadie se molestará en ofrecerte ayuda y tu misma no te plantearás buscar ayuda. ¿Para qué si todo «va bien»?

Y segundo porque el camino a tu objetivo puede variar dependiendo de donde te encuentres. No es lo mismo ir a París desde Barcelona que desde Chicago…

Con esto no quiero decir que a partir de ahora te vayas quejando a todo el mundo, ¡ni mucho menos! Ya sabes que las quejas no sirven de nada.

Simplemente te recomiendo que pienses detenidamente en tu situación actual, dónde estás y en qué necesitas ayuda.

 

2. Tienes que querer cambiar.

De esto he hablado muchas veces. No es fácil, no es sencillo, pero es lo que hay. En la mayoría de los casos cuando estás bloqueada o estancada te centras en lo que no sabes hacer o lo que necesitas aprender, en «cómo voy a hacer esto».

Pero ese es el segundo paso, te estás adelantando.

No es una cuestión de habilidad, ese no es el verdadero problema, las habilidades se aprenden.

En realidad es una cuestión de elección. ¿Lo quieres o no?

Si es que sí, haz lo que sea para conseguirlo y no empieces ya a acumular excusas.

Si lo quieres te buscas la vida, aunque tardes años en lograr tu objetivo. Tienes que tomar la decisión de ponerte en serio y hacer que suceda. Tienes que comprometerte y eso es lo difícil, no aprender cómo hacer las cosas sino elegir que esta vez sí lo vas a hacer.

Y no, no será fácil y pueden surgir complicaciones e imprevistos, pero de eso te encargarás más adelante.

El primer paso es elegir, comprometerte y tomar la decisión y hasta que no hagas eso no conseguirás tus objetivos.

 

3. Toma una decisión REAL. 

¿Que quiero decir con esto? Esta es una distinción interesante que leí en el blog IttyBiz.

Si tu «decisión» lo único que hace es que te pases el día soñando despierta, ilusionada y pensando en todo lo que vas a conseguir… No es una decisión, es una fantasía. Duro pero cierto.

Sin embargo cuando tomas una decisión real, aunque sueñes un poco (¡que no es malo!) enseguida te pondrás a pensar en qué hacer para conseguirlo, en cuál es el siguiente paso.

Porque una vez que tomas una decisión tu cerebro se pone en marcha para buscar oportunidades y empieza a pensar qué cosas vas a tener que posponer o que límites vas  a poner para que lo que has decidido se haga realidad.

Empiezas a pensar estratégicamente y te pones en marcha para conseguirlo, no te quedas soñando indefinidamente, esa es la diferencia.

 

Por tanto, teniendo en cuenta estas tres recomendaciones, la pregunta aquí no es qué necesitas hacer sino: ¿Quién necesitas ser para lograr lo que quieres? 

Piénsalo y luego busca cómo conseguirlo.

 

Aparte de eso algo que puedes hacer es repasar qué has conseguido este ultimo año, preguntándote:

  • Qué ha funcionado
  • Qué no ha funcionado
  • Qué te falta
  • Cuál es el siguiente paso para ti

 

Esto es mucho trabajo y tienes que pararte a pensarlo, claro, y ahora viene la pregunta más importante:

¿Estás dispuesta a que pase eso que quieres?

 

Porque si tu no te comprometes nadie puede ayudarte, recuerda el punto tres. Y porque a veces decimos que lo queremos pero en realidad no, y es que hay muchas ventajas en quedarte como estás…

Así que piénsalo y dime en los comentarios qué paso vas a dar a continuación.

Y si necesitas más ayuda, recuerda que puedes hacer el TEST para profesionales estancadas que he preparado especialmente para ti.

En dos minutos te diré en que situación estás y qué tienes que hacer al respecto.

>>Haz el test aquí<<

 

 

imagen Scarlett O'Hara

¿Cuántas veces te has propuesto hacer algo y, cuando ya estabas decidida, te ha surgido un imprevisto u obstáculo de última hora y has decidido abandonar?

Seguro que sabes a qué me refiero (y si no lo sabes, ¡enhorabuena!). ¿Qué pasa cuando de verdad quieres hacer algo pero un obstáculo te lo impide?

>> Escucha el podcast aquí –>Qué hacer ante los obstáculos de última hora

¿La verdad? Que no estarías tan decidida, porque cuando quieres algo de verdad, pero de verdad de la buena como dicen los niños, no hay obstáculo que te pare. ¿O no?

 

En la vida es inevitable que surjan obstáculos, inconvenientes o imprevistos, es así y no se puede hacer nada. Así que lo único que determina hasta qué punto te afectan los obstáculos es tu actitud ante ellos. En general hay dos tipos de actitud predominantes, a ver con cuál te identificas:

 

1. Asumir que si ha aparecido un obstáculo en el camino es porque ese camino no es para ti y que es mejor abandonar.

2. Entender que los obstáculos son inevitables y, como dice María Tolmo en su libro «Una Princesa en el Espejo»: «Están ahí para probar tu perseverancia, tu creatividad y tu ingenio.»

 

Esto es algo que he hablado ya con varias personas, cuando te surge un obstáculo, ¿por qué en vez de pensar que es una señal de que vas por mal camino no lo interpretas como una prueba final de que de verdad quieres lo que dices que quieres?

El problema es que la gran mayoría de las personas elije la primera opción y se rinden a la primera de cambio. Por eso no hay tanta gente que logre sus objetivos porque ven cada obstáculo como una señal de que ese no es el camino a seguir y abandonan. Pero ¿sabes qué? Eso no es más que otra excusa.

Igual que el miedo, la vergüenza o cualquier «razón» que puedas tener tu. Todos nos ponemos excusas, para qué negarlo, pero hay que ser consciente de ello y no dejar que paralicen tu vida. Quien quiere algo, algo le cuesta; las cosas no se regalan y si te rindes ante el primer obstáculo ahí te vas a quedar.

 

Sin embargo, ¿sabes que tienen en común las personas que triunfan, que logran lo que quieren? Además en cualquier campo, que no se dejan detener por los obstáculos. Unos los consideran simplemente una piedra más del camino, otros una lección que aprender. A veces se ignoran, a veces son tan imponentes que te detienen temporalmente, pero nunca te planteas abandonar, porque a ti no hay nada que te pare y abandonar no es una opción. Sí puedes contemplar hacer cambios, porque es imprescindible ser flexible, pero abandonar al primer contratiempo, de eso nada.

 

Esa es la actitud que te lleva más lejos. No es difícil de entender, pero sí de lograr. Hay personas que de manera innata son perseverantes y no hay nada que se les resista, pero muchas otras no. Entonces, ¿cómo lograr una actitud así?

 

Una de las cosas fundamentales es tener clarísimo por qué quieres lograr tu objetivo. Como siempre digo parece obvio, pero mucha gente en realidad no se ha parado nunca a pensarlo.

Si de verdad quieres conseguir lo que te propones tienes que tener una razón que te impulse en cada momento, de forma que los obstáculos sean, como mucho, una molestia de la que deshacerte de una forma u otra. Aunque tengas días malos, aunque a veces tengas mil dudas y prefieras no levantarte.

En esos momentos es cuando te recuerdas que, como decía Scarlett O’Hara en una de mis frases favoritas : )

 

Después de todo, mañana será otro día. Clic para tuitear

 

¿Qué me dices? ¿Qué actitud vas a elegir a partir de ahora? Cuéntamelo en los comentarios y comparte este artículo si te ha ayudado : )

iniciar un negocio

Una de las preguntas que recibo a menudo es cómo hacer para poner en marcha tu negocio si ya sabes lo que quieres pero no cómo conseguir clientes o simplemente cómo empezar.

Cuando yo empecé también estaba muy perdida, sabía que quería vivir del coaching y ayudar a personas a tomar decisiones profesionales y se acabó.

Así que, a pesar de que mi liquidez no era mucha, decidí contratar a una coach para que me ayudara a aclarar esos primeros pasos.

Desde luego fue una gran decisión y con el tiempo he aprendido muy bien qué pasos tienes que dar para ponerte en marcha en vez de quedarte paralizada por el exceso de información y el caos mental.

Apunta:

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¿Cuántas veces te has encontrado haciendo cosas o tomando decisiones casi sin saber por qué e indecisa acerca de las consecuencias?

He hablado muchas veces de la importancia que tiene ser consciente de tus valores, prioridades y necesidades no solo a nivel personal sino también profesionalmente.

Lo considero algo imprescindible para asegurarte de que lo que haces está alineado con lo que quieres, para que no te encuentres dedicando tu tiempo y energía a algo que no te satisface ni te hace sentir realizada, algo que es más frecuente de lo que parece.

Pero aparte de eso hay también otro factor que es importante conocer y que puede determinar mucho las decisiones estratégicas que tomes en tu carrera o negocio: tus motivadores.

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¿Estás pensando en hacer un cambio profesional importante pero tienes miedo a perder lo que ya tienes?

 

Muchas personas me escriben contándome que se sienten paralizadas por el miedo a perder lo que tienen, aunque no estén muy satisfechas.

Están pensando en cambiar de trabajo o en montar su propio negocio pero el miedo a que no funcione o a no lograr los ingresos necesarios para vivir las detiene.

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ilusion¿Has perdido la ilusión que tenías por lo que haces? ¿Te sientes algo desanimada, desmotivada y sin saber cómo recuperar la energía e ilusión que solías tener en tu trabajo o negocio? 

>> Escucha este artículo aquí –> Cómo recuperar la ilusión por lo que haces

Puede que hayas perdido la ilusión porque nadie te apoya y por mucho que te encante tu proyecto te sientes sola. Puede que lo que te pase es que te has esforzado mucho, has sacrificado cosas, te has involucrado al 100% pero no ves resultados y ya no sabes qué hacer.

O bien que, aunque todo te vaya bien, te falta algo.

En realidad hay muchas razones por las que puedes haber perdido la ilusión por lo que haces, ya sea en tu carrera o en tu negocio.

Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto?

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¿Qué hacer cuando has tomado una mala decisión? El otro día me escribió una lectora comentándome que había tomado una serie de decisiones erróneas que le habían afectado mucho y que no sabía que hacer.

Todos nos equivocamos de vez en cuando en muchas cosas pero cuando el error es importante y te afecta mucho, ¿qué puedes hacer?

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saber que quiero

 

Hace poco me escribió un lector explicándome su situación y preguntándome: «Aida, cómo sé que esto es lo que realmente quiero«.

Muy buena pregunta, cómo todas las que me hacéis.

Es cierto que algunas personas tienen muy claro lo que quieren (yo misma la mayoría de las veces), pero muchas otras no.

Si este es tu caso puede que, al igual que este lector, te preguntes cómo saber si algo es lo que realmente quieres. Y te cuento cómo saberlo aquí.

 

Sigue leyendo…

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empezar de cero

 

Cuando empiezas algo nuevo, lo ideal y lo que más deseas es que todo vaya bien y que logres el objetivo que te habías propuesto.

Todos partimos con esa ilusión, por supuesto, y hacemos lo que haga falta para que las cosas funcionen, pero ¿qué pasa cuándo no es así?

Muchas veces, por mucha ilusión y esfuerzo que pongas, las cosas no salen bien y, ya sea por una mala decisión (como me comentaba una lectora el otro día) o porque te empeñas en algo que no es más que un peso muerto, te toca abandonar el barco y empezar desde cero. Y ¿entonces qué?

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Hay días o incluso temporadas más largas en las que te entran las dudas, no te convence nada de lo que haces y, peor aún, no te apetece hacer nada.

Con lo cual vas posponiendo cosas, se te acumula el trabajo y te sientes peor todavía. Seguro que sabes a qué me refiero porque nos ha pasado a todas en un momento u otro.

 

Las razones de que te sientas así pueden ser varias: ver que no avanzas o que tu trabajo no da sus frutos, estar agotada tras trabajar muy duro mucho tiempo (¡necesitas unas vacaciones!), haber vivido algún acontecimiento negativo en tu vida, etc.

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La semana pasada te comentaba en este artículo cuatro tipos de situaciones que provocan que estés insatisfecha y bloqueada y que no sepas qué hacer con tu negocio: estar en un negocio familiar que en realidad no te gusta, estar muy estresada, no ver resultados y perder la ilusión o motivación aunque las cosas vayan bien.

En este artículo, que va a ser un poquito más largo de lo habitual, te voy a dar unas recomendaciones o sugerencias para cada caso:

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hombre dudando

El artículo de hoy es la respuesta a una pregunta que me hizo hace poco Carmen, una de mis lectoras: ¿Qué hacer cuándo sabes lo que quieres pero no puedes conseguirlo?

Es una pregunta que me encanta porque a veces crees que no tienes opciones y simplemente es que no eres consciente de que están a tu alrededor, sólo que de formas que tu no te esperas.

Si este es tu caso y sabes lo que quieres pero crees que no puedes conseguirlo, esto es lo que puedes hacer:

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sentirte satisfecha con lo que haces

 

¿Cuántas veces has pensado que, a pesar de no poder quejarte y de que te vayan bastante o muy bien las cosas, te falta algo?

Muchas de mis clientas y lectoras me comentan eso, que les falta algo. A veces tienen un trabajo que les gusta y con el que se sienten realizadas pero algo falla.

Otras veces tienen carreras profesionales en las que han ascendido puestos, superado desafíos y llegado a lo más alto y, sin embargo, sienten que lo que hacen no les llena.

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Hay muchas veces en las que te propones hacer algún tipo de cambio, ya sea relativamente pequeño o de mayor impacto, y al final acabas posponiéndolo o abandonando al poco de empezar.

Quizá te hayas propuesto cambiar algunos hábitos para estar más sana, o un cambio de carrera más o menos drástico y, al final, no te has atrevido a dar el paso o has renunciado antes de lo que pensabas.

En ese caso, te será útil identificar tres errores que solemos cometer cuando queremos empezar algo que supone un cambio importante, ya sea profesional o personal.

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¿Te pasas el día buscando información sin hacer nada realmente productivo?

Cuando tienes en mente algún proyecto o negocio nuevo y no sabes por dónde empezar, es normal ponerte antes de nada a buscar información.

Pero hay tantísima que puedes acabar abrumada, agobiada y más estancada que antes.

¿Te suena? Pues sigue leyendo…

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impaciencia

 

Seguro que alguna vez te has encontrado en un punto de tu trayectoria en el que trabajas muchas horas, has invertido ya tiempo y dinero y, sin embargo, no ves resultados o, mejor dicho, no ves los resultados que quieres.

Especialmente cuando tienes un negocio.

Y aunque ya sabes que para recoger primero hay que sembrar y que eso lleva un tiempo, te entra la impaciencia.

Pero no la impaciencia sana que te hace ser más eficiente y que hace que te esfuerces más, sino la insana, la que surge de compararte con los demás.

Y empiezas a pensar que a lo mejor no vales para eso, que fulanito mira lo que ha conseguido ya, etc.

 

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El tema de hacer cambios para conseguir tus objetivos me parece muy interesante.

Hay ciertos cambios que cuesta mucho hacer y por mucho que apliques todas las técnicas que conoces para conseguir objetivos, a veces parece imposible.

Hasta ahora ya he hablado sobre tres puntos importantísimos a la hora de hacer cambios:

(más…)

motivación personal

 

 

Se va acercando el momento del año en el que medio mundo se plantea hacer cambios, aunque de ese medio mundo sólo un pequeño porcentaje lo logre.

Los demás, a poner el objetivo de nuevo en la lista para el año siguiente.

Esta vez te voy a comentar por qué no haces lo dices que quieres hacer y en el siguiente artículo hablaremos de cómo hacerlo.

(más…)

 

Cuando estás desmotivada, frustrada y tu negocio o profesión ya ni siquiera te ilusiona, puede ser difícil determinar si simplemente necesitas un descanso, o si es hora de hacer cambios y dedicarte a otra cosa. ¿De verdad quiero dejar lo que hago, o haciendo algún cambio las cosas se arreglarían?

 

>> Escucha este artículo aquí –> ¿Necesitas un respiro o un cambio profesional drástico?

 

Si esta es tu situación, probablemente te resultarán de gran utilidad una serie de preguntas que propuso Marie Forleo (de la que ya te he hablado en otra ocasión) en uno de sus últimos vídeos (en inglés) :

 

1. ¿Hace cuánto no te tomas un descanso?

O como dice ella, ¿cuántas veces  te has tomado un descanso en los últimos 6 meses?

Y no sólo eso, sino ¿cuánto tiempo le dedicas a otro tipo de diversión, aventura o inspiración ajena a tu profesión?

Si has trabajado mucho en tu negocio o puesto de trabajo y no has tenido tiempo para nada más, es normal que estés agotada y desmotivada. Es imprescindible descansar y desconectar, por mucho que te guste lo que haces.

Como dice ella, puede que te encante el puré de patatas, pero si lo comes absolutamente todos los días, es inevitable que te canses; y no podrás volver a disfrutarlo hasta que lo pierdas de vista un tiempo.

Así que no lo olvides, hay que descansar y recargar las pilas para que no empieces a cuestionarte todas tus decisiones o a pensar que es hora de un gran cambio cuando a lo mejor no lo es.

 

2. Si hoy mismo se aprobara una nueva ley que prohibiera la profesión o negocio al que te dedicas…

De forma que todo el que se dedique a eso debe parar inmediatamente, ¿qué harías? 

¿Te indignarías y saldrías a protestar? ¿O te sentirías aliviada por poder dejar lo que haces sin necesidad de dar explicaciones ni decepcionar a nadie? 

Muchas veces las expectativas de otras personas no te dejan ver con claridad lo que quieres. Tienes miedo a que te critiquen o a fallarle a alguien, en ese caso esta pregunta te ayudará a pensar con más claridad, tu respuesta te dirá mucho sobre lo que quieres.

 

3. ¿Aplicas la regla del 80/20?

Sobre esto he hablado en otros artículos y se puede aplicar a muchas cosas.

En este caso, el 80% de tu frustración profesional proviene del 20% de tus actividades.

 Échale un vistazo a todo lo que haces, ¿hay algún proyecto o cliente que te da pereza solo de pensarlo?¿Algo que estás deseando que se cancele?

La clave para mantenerte motivada y con ganas es identificar y eliminar ese 20% de actividades que te llenan de frustración.

No hay nada malo en cambiar las cosas.

Muchas veces se lo menciono a mis clientas, a medida que vayas avanzando habrá cosas que ya no te llenen o te gusten como antes y puedes cambiarlas, no pasa nada, es bueno para mantener la ilusión y las ganas.

 

4. ¿Pones en práctica tus habilidades, destrezas o aptitudes naturales frecuentemente?

Me refiero a aquellas habilidades que se te dan especialmente bien de forma natural.

Cuando empleas tus habilidades naturales en tu día a día te sientes bien, confiada y encantada con lo que haces.

Recuerdo cuando estaba haciendo las prácticas de coaching que le decía a mi profesora que no me sentía capaz de cobrar por las sesiones porque yo disfrutaba mucho, no me suponía un gran esfuerzo.

Eso es a lo que me refiero, algo que se te da tan bien que es un para ti placer hacerlo, que no puedes casi ni considerarlo trabajo.

Si no tienes ni idea de cuáles son las tuyas, yo, al igual que Marie te recomiendo el libro “Now, discover your strengths” de Marcus Buckingham, imprescindible.

De hecho, aquí tienes un curso sobre cómo recuperar la pasion por lo que haces (en inglés).

 

Lo que está claro es que tienes que escuchar a esa vocecita que te dice que necesitas un cambio.

Todos crecemos y cambiamos y eso incluye nuestras pasiones y, a veces, te das cuenta de que te hace falta un cambio drástico.

¿Da miedo?

Por supuesto, pero tienes dos opciones, escuchar lo que quieres y hacer cambios de manera consciente, o hacer oídos sordos a tus deseos y acabar saboteando tu negocio o tu vida con tal de no enfrentarte a lo que de verdad quieres cambiar.

 

¿Qué me dices? ¿Necesitas un descanso o es momento de ampliar horizontes?

Déjame tu opinión más abajo y no olvides compartirlo para ayudar a más gente : )

 

¿Has hecho ya el test para profesionales estancadas?

Hazlo pinchando AQUÍ y descubre por qué estás estancada y qué paso te recomiendo a continuación.

Haz el TEST.

 

 

 

>> Escucha el podcast de este artículo pinchando aquí –> 2 normas básicas de motivación

 

Mucha gente me escribe preguntándome cómo motivar a sus empleados, equipo, colaboradores u otras personas de su entorno. Ya sólo el hecho de que te lo plantees, de que te preocupe, te hace estar por delante de muchas otras personas y negocios. Está claro que una persona motivada es una persona que da mucho más, y por tanto, te genera beneficios, ya sean económicos o de otro tipo. Así que ambos bandos salen ganando,todos felices.

 

En este caso voy a recurrir a algo que leí hace unos días en el libro «A river worth riding» de Lynn Marie Sager. Dos normas básicas de motivación que, a pesar de ser obvias, en realidad no lo son tanto; y que conviene tener en cuenta porque son muy útiles para esos casos y muchos otros. Es fundamental que recuerdes (porque ya lo sabes) que:

 

1. Lo que se premia, se repite.
2. Lo que se castiga, se evita.

 

Lo que se premia, se repite. Esto en sí es fácil de entender. Haces algo bien, te premian de alguna forma y, por supuesto, lo repites. El premio puede variar dependiendo de cada persona y situación: sueldo, alabanzas, más responsabilidad, regalos, sonrisas… Sin embargo, aunque parece simple, no se hace muy a menudo. Al contrario, muchas veces tratamos a las personas que han hecho algo bien con indiferencia, dando por sentado que así es cómo tiene que hacerse y, por tanto, no hay premio que valga. O bien con algo que, quizá para ti no, pero para ellos es un “castigo”.

 

Y aquí viene la segunda regla: lo que se castiga, se evita. Si una persona se esfuerza mucho y como consecuencia le exiges más, ¿para qué va a volver a esforzarse? ¿Para que le des otra pila de trabajo, para que le exijas todavía más? Muchas personas no dan todo lo que podrían porque en ese caso solo se esperaría mas de ellas (pincha aquí para tuitear esto).

 

Esto es muy frecuente, además en todos los ámbitos. Es la típica persona que hace las cosas rápido y bien, que acaba antes que los demás porque es eficiente y no se pasa media mañana tomando cafés, y ¿tú qué haces? ¿Le dejas irse a casa antes, ya que ha hecho todo el trabajo? ¿O más bien le das más para que vaya adelantando, y que no se le ocurra irse ni un minuto antes de tiempo?

 

¿Qué sentido tiene darle a un trabajador que ha hecho algo muy bien más trabajo como “premio” y ninguna recompensa, sea del tipo que sea? En el fondo le estás castigando y, por tanto, disminuye su motivación. Por supuesto, siempre está el caso de las personas que son tan honradas, trabajadoras y responsables que van aceptándolo todo sin poner pegas, pero eso no significa que estén contentas y motivadas. Lo que significa es que llegará un día en que estarán tan quemadas que se irán en cuanto puedan y te quedarás sin alguien valioso para ti.

 

Si te preocupa la motivación de tu equipo, tus empleados o cualquier otra persona es porque te has dado cuenta de que algo falla. Si el comportamiento que ves no es el que quieres piensa qué es lo que has estado recompensando. Si a un niño que grita le das toda tu atención y al que está calladito no, adivina quien se está llevando el premio y qué va a seguir haciendo. Si cuando alguien hace algo bueno no le das importancia «porque es lo que debería ser», para qué va a esforzarse más. Así que ya sabes, deja de premiar lo que no quieras que se repita y viceversa. Y sobre todo piensa en todas esas personas que hacen un gran trabajo y a las que no se lo reconoces, no sea que cuando te des cuenta sea demasiado tarde. Y ya sabes que esto no sólo es aplicable al mundo laboral…

 

Aunque teóricamente es fácil darse cuenta, en la práctica no lo es tanto. A veces no es tan obvio, es muy fácil, sin darnos cuenta, premiar lo que no queremos y castigar lo que sí, pero los resultados que obtienes no mienten. Así que párate bien a pensar en lo que te rodea y por qué es así, qué estás premiando y qué estás castigando.

 

¿Qué te parece? Déjame tu opinión más abajo y apúntate a mi boletín semanal gratuito para no perderte el próximo artículo, puedes hacerlo aquí.

 

 

¿Estás a punto de lanzarte a por algo nuevo? ¿Considerando hacer algo que para ti es un gran riesgo?

Quizá te estés planteando dejar tu trabajo para hacer algo que te llene más, atreverte por fin a establecerte por tu cuenta, o animarte a aumentar la familia a pesar de las circunstancias…

Y aunque de verdad te gustaría, el miedo puede más que las ganas.

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Este fin de semana acabé de leer «Cómo preocuparse menos por el dinero» de John Armstrong (Ediciones B). Muy interesante y para reflexionar.

Por ejemplo, ¿has considerado alguna vez qué significa para ti «disfrutar de la vida»?

Y en este caso no me refiero a las las necesidades básicas o placeres gratuitos.

Puesto que es un libro que habla sobre dinero, el autor se refiere específicamente a cosas para las que necesites dinero. Un tema a veces tabú, pero no por ello menos importante.

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motivarte

Me escribe un lector preguntándome: ¿cómo te motivas diariamente y empiezas a tener un crecimiento profesional, económico, espiritual y emocional?

Me encanta esa pregunta y mucha gente se lo plantea.

La cuestión es que estás poniendo énfasis en la motivación, considerándolo un requisito imprescindible para conseguir ese crecimiento profesional, económico, espiritual y emocional que buscas.

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Llegan estas fechas y, como decía una chica en Twitter, casi parece año nuevo, con propósitos y todo, ¿verdad?

Aunque he hablado de conseguir tus objetivos y de diseñarlos bien más de una vez, hoy te voy a dar otra recomendación sobre los objetivos que pospones y pospones y no desaparecen nunca de tu lista.

Esos que cada vez que los lees piensas «esta vez sí, como sea»,  y que incluso empiezas pero los dejas a medio terminar y te están torturando eternamente.

¿Qué hacer en estos casos?

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Ya he comentado alguna vez que, a veces, parece que las circunstancias conspiran para que escriba un artículo; y este es otro ejemplo.

Llevo un tiempo hablando con clientas y lectoras sobre las etapas emocionales que todas pasamos y que unas manejan mejor que otras.

Es algo que no se menciona mucho pero es de suma importancia (y lo sé por experiencia) y, justo esta semana, en el boletín de una de mis mentoras, Diana Fontanez, ella comenta:

El problema no es sentir. Es el no estar preparado para esas etapas emocionales que todos tenemos que pasar.”

Esta frase ha acabado de inspirarme para escribir este artículo.

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te falta valor

 

 

Hace poco leí un artículo interesante sobre si se puede aprender a ser valiente, a no tenerle miedo a las cosas (aquí lo tienes, está en inglés).

A su vez, el post se basa en el libro “The Courage Quotient: How Science can make you braver” de Robert Biswas-Diener. Como muchas lectoras me escriben paralizadas por sus miedos, me ha parecido interesante compartirlo.

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culpable cuando no trabajas

 

Este artículo se lo dedico a una de mis clientas, Mª Cristina, que me escribió el otro día comentándome que le pasaba esto y me dijo «mira, ya tienes una idea para el boletín.» ¡Gracias!

 

Seguro que conoces esa sensación de intranquilidad o culpabilidad cuando tienes algo pendiente y estás descansando, o cuando deberías estar trabajando pero no logras concentrarte, o simplemente en tu tiempo libre.

Esa sensación de: “Debería estar haciendo…” De estar perdiendo el tiempo. Muy común cuando estás muy estresada y a veces aunque no lo estés…

Problema: ni haces lo que se supone que tienes que hacer, ni descansas.

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Qué pasa cuando después de un tiempo ves que las cosas no cambian, o que los resultados que obtienes no son los que esperabas o los que quieres.

Es muy común dejar pasar el tiempo esperando que las cosas cambien solas. Cierto es que hay que tener paciencia y los resultados requieren tiempo.

Pero una cosa es tener paciencia y otra quedarse de brazos cruzados esperando milagros.

 

Una cosa es tener paciencia y otra quedarse de brazos cruzados esperando milagros Clic para tuitear

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¿Te enfrentas a un período de transición laboral? Ya sea porque vas a empezar un nuevo trabajo, acabas de dejar uno y tienes que ponerte a buscar, o estás considerando hacer un cambio de dirección, esta situación te puede hacer sentir insegura y nerviosa, especialmente si no toleras bien la incertidumbre.

>> Escucha este artículo aquí –> Cómo afrontar un período de transición laboral

Hay personas que, dentro de lo que cabe, lo llevan bien y aprovechan ese período para dedicarse más tiempo a ellos mismos, a su familia o simplemente para descansar. Pero muchas otras personas, acostumbradas a una cierta rutina y estabilidad, se encuentran perdidas y angustiadas, lo que te afecta no sólo profesionalmente sino también en el terreno personal. Si estás en alguna de esas situaciones, quizá estas nueve sugerencias te puedan ayudar:

 

1. Replanteate tus capacidades.

¿Cuáles son tu prioridades, necesidades y valores en este momento? ¿Tus fortalezas y talentos? Probablemente no hayas pensado en eso en mucho tiempo, absorbida por las obligaciones del día a día, y qué mejor momento que ahora. Plantéate a partir de esa información qué puedes mejorar y, sobre todo, cómo han influido esos factores en tu situación actual, ¿para bien o para mal?

 

2. Cuídate.

Este tipo de transiciones nos afectan mucho más de lo que creemos, así que necesitas más que nunca cuidarte. Sacar tiempo para hacer cosas que te gusten, que te relajen y que te llenen de energía. Cuidarte físicamente haciendo ejercicio o yendo a un spa o similar, socializando… Mímate y deja que te mimen, si tienes la oportunidad. Eso hará que sea más llevadero. No olvides ser paciente contigo misma, tendemos a ser muy duras con nosotras mismas ante una situación de este tipo y nos machacamos con reproches. Las cosas son como son y tu lo has hecho lo mejor que has podido, perdónate y cuídate.

 

3. Analiza.

¿Qué fue mal, o bien? ¿Qué podrías haber hecho mejor? ¿Qué nuevas opciones se te han abierto? ¿Qué puedes hacer al respecto? Aprende de la experiencia.

 

4. Céntrate en lo que quieres, y no al contrario.

En estos momentos en que te encuentras en tierra de nadie, sin tus rutinas habituales, es fácil empezar a pensar negativamente y centrarte en lo «malo» que ha sucedido. Sé que es difícil, especialmente en determinadas ocasiones, pero intenta mantener la vista en el “premio”, en el siguiente paso a dar. Como dice el refrán «Cuando una puerta se cierra, otra se abre.» ¿Que todavía no sabes lo que quieres? Vuelve a los puntos 1 y 3 y empieza a plantearte cómo podrías aprovechar esta situación, ¿qué te gustaría hacer? Y si estás muy bloqueada, para eso estamos los coaches, entre otras cosas.

 

5. Encuentra apoyo.

Esto lo menciono en prácticamente todos mis artículos, ya lo sé, pero es que ¡es imprescindible! Especialmente si tu situación afecta también a tu entorno más cercano. Es hora de quedar más con tus amigos o de buscar ayuda y apoyo profesional, o unirte a algun grupo de personas optimistas que te ayuden a pasar esta etapa. Y sobre todo, evita por todos los medios a las personas que por celos, envidia o lo que sea te intentan hundir o desanimar.

 

6. Acalla tu cabeza.

Es fácil que, en estas circunstancias, tus miedos e inseguridades afloren y esa vocecita de tu cabeza se ponga a decir tonterías. Si te sucede eso, hay que reforzar los mensajes positivos e inspiradores. Sé que hay mucha gente que aborrece el concepto de “optimismo”, tu verás si prefieres rodearte de mensajes negativos o de mensajes positivos. Haz la prueba y comprueba la diferencia. No confundas buscar inspiración, motivación e intentar mirar el lado bueno con ser alocada y vivir en las nubes, no te hablo de eso. Yo tengo lo pies bien asentados en la tierra y te aseguro que prefiero levantarme con un mensaje positivo que con victimismos y quejas. Haz la prueba. Lee frases inspiradoras, ve vídeos o películas que te animen y, sobre todo, habla con emprendedores, su mentalidad y energía se te contagiará.

 

7. Tomatelo como un periodo de despedida.

Si lo que dejas ha sido parte importante de ti, puede ser un momento duro. Incluso puedes sentir que parte de tu identidad desaparece, así que acepta que habrá un período de luto, por así decirlo, de despedida. Si lo necesitas hasta puedes crear una especie de ritual o celebración que te ayude a pasar página.

 

8. Olvídate de cómo se supone que tienen que ser las cosas y acepta como son en realidad.

Si te obcecas con que todo tiene que ser de una determinada manera sufrirás más. Las cosas son como son, una pena a veces, pero es así. Acéptalo e intenta mostrar gratitud por lo bueno que hay en tu vida. Cuando te fijas en lo bueno, las cosas se llevan mejor. Un ejercicio muy recomendable es todos los días dar gracias por tres cosas bonitas, agradables o importantes de tu vida. O bien pensar en qué has logrado ese día. Cuando tienes un hijo, como en mi caso, es fácil encontrar tres (¡y si no tienes hijos también!)  : )

 

9. Mantén la perspectiva.

¡O cámbiala! Recuerda que en esta vida lo único seguro es el cambio, la estabilidad es casi cosa de la imaginación. Abre tu mente a otras opciones y no le des más importancia a la situación de la que tiene. Recuerda, de aquí a 6 meses, ¿te parecerá tan importante? ¿Y de aquí a dos años? Mantén la perspectiva.

 

No pretendo que estas sugerencias sean una panacea que todo lo cura, el hecho es que lo vas a pasar mal, es normal. Acepta esos sentimientos y pon a prueba alguna de mis recomendaciones para que ese mal rato pase cuanto antes. ¿Cuál te llama más la atención? ¿Hay alguna a la que te resistas? Quizá sea esa la que más te conviene llevar a la práctica… ¿Qué me dices?

Déjame tu comentario más abajo.

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Todos hemos oído alguna vez lo de “think big”, piensa a lo grande.  «Ya que te pones piensa a lo grande», «dispara a la luna y así aunque falles llegaras a las estrellas», etc.

Y es cierto, motivador y responsable de grandes hazañas, pero.

Tiene que haber un pero, si no este artículo no existiría. Mi propia experiencia me dice que esa actitud no siempre es útil, al igual que muchas otras de las que hablaré en otra ocasión.

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encontrar tu vocación

 

¿Te cuesta descubrir qué es lo que realmente te gusta, cuál es tu vocación?

A veces parece que todos tenemos que tener una vocación desde pequeños, y si no, es que te falta algo.

De hecho, en mi caso sí fue así, yo quería ser científica desde pequeña (bueno, y egiptóloga también) y lo fui durante muchos años; y hay mucha gente que siempre ha tenido claro qué quería ser y es lo que han hecho.

Eso está bien pero hay un problema, que el tener una vocación se ha vuelto algo casi obligatorio.

Si no tienes tu vocación clara, como les pasa a muchas personas, entonces no podrás ser feliz y tendrás que pasar el resto de tu vida buscándola…

¿Te está pasando a ti? Pues sigue leyendo…

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Me escribe una lectora comentándome que su principal obstáculo es la falta de seguridad ante nuevos emprendimientos. De hecho, no es la primera que me comenta algo así.

¿Cuántas veces le has dado vueltas a algo en tu cabeza y al final no te has atrevido a dar el primer paso?

Tienes en mente una idea, algo que te hace mucha ilusión, que te apetece mucho pero siempre le encuentras un pero, ¿verdad?

Ya sea empezar tu propio negocio, cambiar de profesión o cambiar algo de tu vida que no te satisface, parece que nunca te atreves a dar ese primer paso.

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¿Te has planteado alguna vez, en serio, qué es exactamente lo que te impide lograr tus objetivos o sueños? Seguro que se te ocurren mil y una razones u obstáculos, y que incluso te sientes con las manos atadas porque crees que eres incapaz de hacer nada al respecto, pero ¿hasta qué punto es verdad?

 

 

Te aviso de antemano que este es un artículo muy directo, porque a veces hay que poner los puntos sobre las íes (por cierto, esta expresión que solía significar ser demasiado minucioso, pero hoy en día significa dejar las cosas claras).

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¿Has pensado alguna vez en cómo te defines a ti misma?

La manera en que percibes las cosas, en que defines distintos conceptos que en el diccionario pueden tener una determinada definición, pero que no tiene por qué coincidir con la tuya, influye muchísimo en la seguridad que tienes en ti misma, en tu forma de pensar y, por supuesto, en los resultados que obtienes.

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desbordada

¿Te sientes desbordada? ¿Saturada de obligaciones y compromisos, sin tiempo y a punto de estallar?

Si te sientes exactamente así y no sabes cómo evitarlo, o peor, piensas que hoy en día es lo normal y hay que aguantarse, es muy importante que conozcas las cuatro razones por las que estás así y las seis soluciones que te ofrezco.

>> Escucha este artículo aquí –>¿Desbordada?

Lo primero que tienes que saber es que no tienes por qué seguir así, que puedes cambiar las cosas y, para ello, el primer paso es averiguar qué es lo que te ha llevado a esa situación.

En general, se debe a una o varias de estas cuatro razones:

  1. No sabes decir no ni poner límites ni a personas ni a proyectos.
  2. Subestimas el tiempo (y energía) que te va a llevar un proyecto o compromiso.
  3. Estás haciendo demasiadas cosas diferentes a la vez.
  4. Te exiges demasiado, quieres hacerlo todo tú.

¿Te suenan? ¿Cual es la más problemática para ti?

Eso es lo primero que tienes que saber, cuál es la causa de que estés agobiada y a punto de estallar.

Puede ser que tengas un poquito de cada una pero, ¿hay alguna que te afecte especialmente?

A mi por ejemplo el estar involucrada o tener que preocuparme de muchas cosas distintas a la vez me supone bastante estrés, y lo tengo muy en cuenta a la hora de aceptar nuevas propuestas, por ejemplo.

El segundo punto importante es que te des cuenta de que todo esto ha sido y es elección tuya.

Tú eliges cuales son tus prioridades, lo que haces o no haces, a quién le dices que sí y a quien le dices que no.

No pienses que es algo que te ha pasado, tú misma te has llevado a este estado.

Esto te lo digo con sinceridad porque es importante que lo tengas en cuenta. ¿Lo bueno?

Que si tú te has metido en este berenjenal, también podrás salir de él.

Estas son algunas cosas que puedes hacer:

  •  Aprende a decir no y a poner límites. Ya he escrito varias veces sobre la importancia de decir no, fundamental para tener una vida más relajada y sentirte satisfecha con lo que haces. Yo tengo la suerte de saber decir que no con facilidad (demasiada a veces), pero sé que para muchos es muy difícil. Aquí puedes encontrar otro artículo con algunas técnicas, pero te daré también un ejemplo práctico. A una de mis clientas le recomendé que empezara a decir no en situaciones sin importancia, para ir acostumbrándose. Por ejemplo, cuando sus compañeros le proponían ir a un restaurante que a ella no le gustaba nada. Le recomendé que en lugar de ceder dejara claras sus preferencias diciendo algo como “prefiero este otro, ese no me gusta mucho” y que viera qué pasaba… ¿Qué crees que pasó? Absolutamente nada, no solo evitó comer en un restaurante que odiaba, sino que se sintió tan bien consigo misma y tan  motivada y segura que se animó a hacerlo en cosas más importantes (de hecho, le dijo que no a su jefe, así que mira si funciona o no).
  • Planifica las cosas con más tiempo. Siempre considera más tiempo del que crees que necesitarás, así no llegarás agobiada. Esto se aplica tanto a objetivos que te plantees como a fechas límite para proyectos o trabajos, o a citas que tengas programadas. Añade más tiempo del que crees que te va a llevar y notarás una gran diferencia en tus niveles de estrés.
  • Determina el número de actividades o proyectos distintos que puedes hacer sin agobiarte. Todos tenemos un límite, analiza lo que haces y piensa si sigues siendo productiva y eficaz cuando estás involucrada en diez proyectos, o en cinco o en dos. Todos somos diferentes, tú puedes preferir trabajar solamente en una cosa y cuando acabes empezar otra, o llevar dos o tres a la vez. Lo que funcione para ti, pero que funcione.
  • Delega. Dejemoslo claro de una vez, no puedes ni tienes por qué hacerlo tú todo. Es hora de definir qué es lo importante para ti y qué es lo que realmente sólo tú puedes hacer, y lo demás delégalo.
  • Establece prioridades. Es hora también de determinar qué es lo verdaderamente importante para ti, para que saques tiempo para eso. No hay tiempo para todo, al menos no para todo a la vez, así que tienes que conocer muy bien tus prioridades. ¿A qué personas quieres de verdad dedicarles tu tiempo? ¿Qué proyectos son los que tienes que acabar primero? ¿Qué puedes posponer? Y no me digas que no puedes posponer nada, porque si sigues así lo unico que harás será empeorar la situación. Así que vuelve a pensar, si no te quedara más remedio, ¿qué podrías posponer? Ahora, acepta que no te queda más remedio si de verdad quieres cambiar ese estado de estar al límite.
  • Agrupa tareas similares. Programa tu agenda de forma que si tienes que hacer llamadas sean todas el mismo día, o si tienes que salir para algo que sea todo a la vez. Así estarás más centrada, ya que hacer cosas muy diferente puede hacer que pierdas energía y te desconcentres con facilidad.

Salir de ese estado de agobio y saturación depende única y exclusivamente de ti.

Recuerda que es tu vida y tú decides a qué y a quién quieres dedicarle tu tiempo. Entiendo que no es fácil, hay personas que toman acción rápido y otras que necesitan ayuda para ver las cosas con más claridad.

Ya sabes que, si ese es tu caso, estaré encantada de hablar contigo en privado para ayudarte.

Déjame tu comentario más abajo, me encantará leerlo.

Una de las cosas que siempre me ha interesado y de las que poca gente habla es cómo saber cuándo aceptar una oportunidad, cómo identificar una buena oportunidad.

A veces te empiezan a llegar propuestas interesantes pero tienes poco tiempo o simplemente quieres estar segura antes de comprometerte, no sea que pierdas tiempo, esfuerzo e incluso dinero en algo que al final no merezca la pena o por lo que no sacas ni satisfacción personal.

¿Cómo saber qué oportunidad es realmente buena (al menos para ti)?

Y no sólo eso sino, si decides no aceptar, ¿cómo diferenciar entre el miedo a aceptar (que no es más que autosabotaje) y la intuición o sensación de que no es para ti, que realmente no quieres hacerlo?

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miedo al fracaso

 

 

Se dice frecuentemente que el miedo a hablar en público es más frecuente que el miedo a la muerte, pero ¿y el miedo al fracaso?

Mucha, mucha gente no se pone en marcha ni hace cambios por miedo a fracasar. Probablemente una de las palabras más temidas y evitadas, ¿verdad?

Por eso una de las preguntas más poderosas que usamos los coaches es:

 

¿Qué harías si supieras que no vas a fracasar?

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Recuerdo cuando decidí empezar mi negocio de coaching, todavía en Canadá, y las distintas respuestas que recibí.

La gente de allí me dió la enhorabuena y me animó mucho. En España, en cambio, me dijeron que si estaba loca, que me lo pensara más veces, etc.

Obviamente me alegro muchísimo de haberlo comenzado lejos de aquí porque no hay duda de que si los que te rodean te apoyan, las cosas son más fáciles o, si no más fáciles, te las tomas de otra manera y no pierdes la motivación ni dejas que la inseguridad y los miedos te paren.

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¿Cuántas veces te has propuesto metas y objetivos nuevos, al principio con ilusión para después, a medio camino, perder el entusiasmo y abandonar, dándote por vencida?

Esto es especialmente frecuente a comienzos de año, con los famosos propósitos para el año nuevo, pero se puede aplicar a cualquier otra época o situación ¿Es ese tu caso?

¿Te sueles dar por vencida fácilmente?

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Es curioso como a veces las circunstancias conspiran para que escriba un artículo. Esta vez han coincidido el capítulo del libro que estaba leyendo (mientras recordaba mi propia experiencia) y los comentarios de varios lectores y de algún cliente.

Hablando, nada más y nada menos, de la resistencia de algunas de las personas que te rodean a que cambies.

Así que decidí escribir este artículo.

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controldetuvida

 

Hace poco empecé a leer el libro «Feel the fear and do it anyway» De Susan Jeffers, un libro que ha vendido más de dos millones de copias en todo el mundo.

Y me ha llamado especialmente la atención el capítulo sobre tomar las riendas de tu vida.

Cada semana me escriben muchas personas comentándome sus casos y las razones por las que no hacen una u otra cosa: la mala suerte, es un mal momento, otra persona me lo impide, etc.

 

Es fácil pensar que los demás tienen la culpa de lo que nos pasa, que no podemos hacer nada para cambiar nuestra situación o que tenemos mala suerte y nunca es el momento adecuado.

También es fácil pensar que estás tomando las riendas de tu vida cuando en realidad no es así.

 

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«Find a job you like and you add five days to every week.»  H. Jackson Brown, Jr.

«Encuentra un trabajo que te guste y le añadirás cinco días a la semana.»  H. Jackson Brown, Jr.

 

 

Hay veces en que te sientes «atrapada» (o atrapado) en un trabajo que no te llena ni te gusta y debido a tus circunstancias, miedos y necesidades prefieres aguantar que decidirte a dejarlo.

Y ¿cómo vas a  encontrarte satisfecha en un caso así, verdad?

 

Yo siempre soy partidaria de cambiar  lo que no te gusta, pero si no te decides y eliges seguir aguantando, hay ciertas cosas que puedes hacer para que tu situación sea más llevadera y te sientas satisfecha.

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rutina

¿Llevas una vida rutinaria y monótona? El trabajo, los estudios, los niños, la casa.

Es muy fácil acomodarse a las viejas rutinas diarias y que los días y las semanas pasen sin pena ni gloria, ¿verdad?

 

La falta de novedades y la monotonía pueden hacer que estés aburrida, desmotivada y sin energía; y que no encuentres ni tiempo ni ganas de hacer nada.

Por eso es importante romper con la rutina, recuperar el dinamismo y hacer tu vida más agradable y divertida.

Para que te sientas bien y además tengas energía y motivación para afrontar los obstáculos.

Si es tu caso, sigue leyendo…

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¿Estás a punto de empezar algo nuevo? Quizá te preguntes «¿Y ahora por dónde empiezo?«

Una de las situaciones más comunes a las que te puedes enfrentar es el bloqueo inicial que se produce justo cuando decides empezar algo de una vez por todas. Especialmente si hablamos de empezar desde cero.

Probablemente hayas pasado mucho tiempo haciendo planes, quizá leyendo artículos y libros de autoayuda, decidiendo qué quieres hacer e intentando superar tu miedo e inseguridad para dar ese primer paso, y cuando por fin te decides, te surge la confusión.

Sí, sé lo que quiero, pero ¿por dónde empiezo?

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miedo al éxito

 

¿Te has planteado alguna vez por qué no consigues tener éxito en lo que te propones?

Tanto si hablamos de éxito profesional (que es lo que la mayoría asocia con la palabra «éxito»), como si nos referimos a otros ámbitos, a veces te parece un imposible, ¿verdad?

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montar tu propio negocio

¿Pensando en montar tu propio negocio? ¿Te consideras una persona emprendedora y te hace ilusión independizarte y ser tu propia jefa?

A lo mejor te hace muchísima ilusión y estás soñando con la libertad de ser tu propia jefa, la flexibilidad de horarios y el poder tener más tiempo para ti y para tu familia.

O con la libertad económica que crees que te va a suponer. Sigue leyendo…

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Hace poco leí un excelente artículo de Lynn Marie Sager, “The Power of Vaccuum”, en el que habla de un tema que suelo mencionar de pasada en mis artículos y que es muy frecuente entre las mujeres profesionales.

La sensación de que el día no tiene suficientes horas y de que, aunque estás siempre ocupadísima, no estás satisfecha, no tienes una vida plena, una vida con propósito.

 

Además, este fin de semana escuché que según un estudio el 66% de las mujeres españolas están estresadas y sienten que el día no tiene suficientes horas.

Como estoy segura de que esto se puede aplicar a mujeres de cualquier nacionalidad, he decidido escribir sobre el tema.

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lograr objetivos

 

¿Cuántas veces te has propuesto unas metas y objetivos toda ilusionada, para acabar abandonando al poco tiempo, sintiéndote culpable, y pensando que no tienes voluntad y que eres incapaz de hacer lo que te propones?

Aunque es algo muy frecuente que nos pasa a todos, la realidad es que tú no tienes ningún problema, y eres perfectamente capaz de acabar lo que te propones, de lograr tus objetivos.

El problema no eres tú sino los métodos que utilizas, en concreto estas son algunas de las razones que hacen que te resulte difícil lograr algunos de tus objetivos y metas. Sigue leyendo…

 

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qué hacer cuando sabes que hacer

 

Hay muchas veces en las que estás estancada, bloqueada y confusa. No es que no sepas tomar decisiones o cómo hacer las cosas, ni es cuestión de miedos, sino que simplemente no sabes qué hacer.

 

Puede que ya hayas cumplido las metas y objetivos que te habías propuesto, o bien te has acomodado a una situación y te das cuenta de que ya no te motiva y no sabes qué camino seguir a continuación.

 

También puede ser que tengas que tomar una decisión profesional importante, que marque tu trayectoria a partir de ahora y estés totalmente bloqueada. (más…)

 

mujer en sofaSeguro que has oído hablar mucho de lo necesario que es encontrar un equilibrio entre tu vida laboral y personal, pero ¿lo consigues?

¿O más bien tu ritmo de vida te supera por mucho que intentes tenerlo todo bajo control?

Hay 3 razones por las que no consigues conciliar tu trabajo y tu vida personal y por las que no encuentras la forma de relajarte:

(más…)

 

Te pasas un mínimo de ocho horas al día y cinco días a la semana trabajando.

Eso es una gran parte de tu vida, ¿la estás aprovechando bien? ¿Qué más haces aparte de trabajar?

Si tu respuesta es “pues no mucho” en este artículo te doy algunas sugerencias para empieces a sacar buen provecho de tu situación actual y a pasártelo bien al mismo tiempo.
(más…)

dinero

 

Muchas de vosotras me habéis escrito comentándome que queréis empezar un negocio nuevo o hacer un cambio importante en vuestra vida pero el dinero es un obstáculo, teneis problemas de dinero.

 

Aunque hay negocios que no requieren una inversión inicial grande sí que hay que tener en cuenta tu situación financiera porque empezar un negocio preocupada por el dinero no es lo más adecuado. Así que te dejo cuatro sugerencias para ayudarte si esta es tu situación:

(más…)

ES HORA DE RENUNCIAR

 

Independientemente de quién seas y a qué te dediques habrá momentos en tu vida en los que sientas que algo no va bien, que lo que haces no te lleva a ningún lado…

Y te preguntas si estás perdiendo el tiempo y deberías abandonar.

¿Te ha pasado alguna vez?

(más…)

 

Si te estás planteando cambiar de trabajo, empezar desde cero, o  hacer algo totalmente diferente a lo que haces ahora, probablemente estés atravesando un periodo de estrés, dudas, inseguridad y también ilusión.

 

Esta mezcla de sentimientos es completamente normal porque abandonar lo conocido para adentrarte en algo nuevo no es fácil. En la mayoría de los casos requiere tiempo, energía y atención (sobre todo si estas intentando descubrir qué es lo que realmente quieres).

Pero empezar algo nuevo es también muy emocionante y gratificante, así que antes de dejar que las dudas y el miedo te detengan, quiero que tengas en cuenta estas siete recomendaciones que a mi personalmente me han ayudado a seguir adelante y a correr riesgos a pesar del miedo:

 

1. No eres demasiado joven, mayor

(O cualquier otra excusa que te estés poniendo).

Ese tipo de pensamientos son una excusa para disimular el miedo de no estar a la altura, de fracasar, de cambiar… Lo mejor que puedes hacer es averiguar qué te da miedo y cómo puedes hacer que te asuste menos.

 

2. Tu carrera es parte de tu vida, no toda tu vida.

Puedes, y de hecho debes, desarrollar tu carrera profesional en torno a tu vida y no al revés.

Desarrolla tu carrera profesional en torno a tu vida y no al revés. Clic para tuitear

 

Identifica cómo quieres vivir, qué te hace feliz, para que seas capaz de tomar mejores decisiones acerca de tus elecciones profesionales.

 

3. Tus elecciones y preferencias profesionales cambiaran con el tiempo.

Y también en función de las experiencias que vayas teniendo. Así que a la hora de tomar decisiones ten siempre en cuenta tu situación actual, las prioridades que tienes AHORA.

Lo que querías a los 20 o cuando eras una estudiante soltera puede no coincidir con lo que te interesa a los 30, 40 o si tienes familia, por ejemplo.

 

4. Es importante conocer lo que se te da bien, tus aptitudes.

Pero lo es mucho más decidir cuáles de esas habilidades quieres emplear en tu día a día. No tienes que hacer algo sólo porque se te de bien, puedes elegir lo que de verdad quieres hacer.

 

5. Es muy importante conocer lo que te motiva…

Porque eso te hará mantenerte productiva y animada.

Tómate tu tiempo para pensar en qué cosas te hacen ponerte en marcha y sentirte llena de energía. Puede que lo que te motive sea ayudar a los demás, o que se reconozcan tus logros. Otros ejemplos son: ser considerada una experta, trabajar por tu cuenta, tener una buena relación con tus compañeros o tu jefe, etc.

Determina los tuyos y te será más fácil reconocer qué ambientes de trabajo se ajustan mejor a tus preferencias.

Por ejemplo, si lo que te motiva es tener una buena relación con tus compañeros de trabajo, un ambiente muy competitivo probablemente no sea una buena elección, por muy bueno que sea el sueldo.

Sin embargo, si lo que te motiva es un vida con lujos, entonces el sueldo sería un determinante importante.

 

6. No dejes de aprender.

Hoy en día es muy importante mantener tus conocimientos y habilidades al día.

Si en este momento estás considerando un puesto en concreto procura hablar con alguien que lo desempeñe para pedirle consejo y saber cómo se preparó dicha persona para el trabajo. Así sabrás qué es lo que tienes que aprender o mejorar y estarás mejor preparada cuando llegue la oportunidad.

 

7. Ten siempre presente tu objetivo profesional y piensa estratégicamente sobre cada trabajo que aceptes.

Acepta sólo aquellos que te acerquen de algún modo a tu puesto o profesión ideal. Eso incluye trabajos que aunque no parezcan tener relación con tu objetivo final, te ayuden a desarrollar o aprender habilidades que después puedas transferir.

No aceptes un trabajo porque sí, sin ninguna razón aparente, a no ser que financieramente lo necesites.

 

Estas son algunas de las recomendaciones que comparto con mis clientes para ayudarlas a cambiar de profesión o a sentirse más satisfechas con su puesto actual, y que también yo he tenido en cuenta.

Espero que te sean útiles y te den fuerzas para animarte a dar ese gran paso.

¿Has hecho ya el test para profesionales estancadas?

Hazlo pinchando AQUÍ y descubre por qué estás estancada y qué paso te recomiendo a continuación.

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mujer desanimada

Hay veces en que ciertas circunstancias de la vida pueden provocar que dejes de ver tus objetivos claros y que pienses en abandonar tus planes y renunciar a lo que te habías propuesto.

Son situaciones dificiles, a veces inesperadas, que hacen que afloren tus miedos e inseguridades, que te dejes llevar por el desaliento, pierdas la motivación y te sientas perdida, sin rumbo.

¿Qué puedes hacer si te encuentras en una situación así?

(más…)

sindrome impostor

 

En el artículo de hoy te voy a hablar del Síndrome del Impostor.

¿Te has sentido alguna vez menos preparada que tus compañeros de trabajo?¿Como si no estuvieras a la altura o no fueras tan inteligente como ellos/as?

O a lo mejor piensas que lo que has conseguido hasta ahora tampoco es para tanto, que no tiene mucho mérito, que cualquiera podría hacerlo mejor que tú.

Hasta te planteas cómo te han podido dar el trabajo a ti.

¿Te has sentido alguna vez así?

¿Como si fueras una fracasada, un fraude, y no te merecieras estar donde estás? Pues sigue leyendo…

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